martes, 1 de abril de 2014

RESTAURACIÓN Y RESTAURADOR

Vamos a definir ambos conceptos con la mayor claridad posible para intentar dar una visión clara y objetiva de lo que significa cada una de ellas, la primera como actividad y la segunda como figura profesional que desarrolla la primera.

 LA RESTAURACIÓN es la actividad propiamente dicha que se encarga de intervenir directamente sobre las obras y objetos cuando los medios de conservación preventiva no han sido suficientes o no se han aplicado correctamente para su mantenimiento y preservación ocasionando un deterioro de sus propiedades físicas y químicas, y por consiguiente una degradación que ha alterado su buen estado. La restauración aplica los tratamientos necesarios y específicos a cada obra para el logro y  pervivencia de la misma , subsanando los daños que presenten por diversos factores que inciden directamente sobre ella  o simplemente por el envejecimiento de los materiales a consecuencia de su huella cronológica, aplicando los conocimientos científico – técnicos y medios tecnológicos auxiliares necesarios para una correcta intervención.

Es frecuente que el término restauración ya muy gastado, se emplee mal por un gran sector de la población utilizando el mismo para diversas actuaciones de dudosa ejecución realizadas por personal no cualificado, sin conocimientos científico – técnicos, ni habilidad  manual en los procesos de intervención de las obras, con la falsa creencia de que la restauración es una actividad meramente artesanal y lúdica, cuantas veces hemos oído a alguien decir que es aficionado a la restauración, que es su hobby, que tiene dotes artísticas y se documenta en foros de internet o en establecimientos para adquirir productos e información sobre técnicas dudosas e incorrectas,  o los famosos cursillos que se imparten con la falsa ilusión de que ya se sabe restaurar cualquier objeto  y  que no hacen por menos que dañar irreversiblemente en muchos de los casos las obras.  Todos hemos visto en alguna ocasión obras que han sido intervenidas por pseudo restauradores que más vale que hubiesen sufrido el peor de los deterioros por el paso del tiempo que el resultado nefasto de unas manos atrevidas.

EL RESTAURADOR es un técnico especializado que se encarga de la conservación y restauración de las obras y objetos, de asegurar su pervivencia por medio de la intervención directa sobre los bienes culturales con una serie de funciones y responsabilidades para evaluar y proporcionar asesoramiento técnico sobre el estado y condición del objeto, estudiando y valorando sus síntomas, posibles patologías y causas del deterioro. La metodología más adecuada e idónea aplicada a cada obra para su correcta intervención de conservación y restauración, y las pautas de conservación preventiva para el cuidado y mantenimiento futuro de las obras y las condiciones idóneas de manipulación, embalaje, almacenamiento y exposición o exhibición. El término restaurador no es sinónimo de un artesano, de un manitas o un arregla cosas es un profesional con una titulación superior con conocimientos científico – técnicos, de humanidades con una destreza y habilidad para la que ha sido preparado siguiendo los criterios y protocolos adecuados sin olvidar la sensibilidad entre el bien cultural y la ética profesional.  Por ello cuando requiera los servicios de un restaurador piense que es igual que cuando acude a cualquier otro profesional cualificado y experto en su materia, de lo contrario la temeridad y el ahorro puede costarle más caro de lo que imagina y perder irreversiblemente su pieza.




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